En el campo emergente de la “nanotecnología con materia blanda” (del inglés “soft nanotechnology”), existe un creciente interés en el desarrollo de películas y recubrimientos con
propiedades y estructuras bien definidas que sirvan de plataformas para el desarrollo de sustratos inteligentes. El diseño de superficies con morfologías definidas y funcionalidades específicas es una de las actuales demandas al campo de la ciencia de superficies, en donde se considera que la nanociencia y nanotecnología pueden aportar un alto valor agregado. Bajo esta perspectiva, la química macromolecular ha demostrado reunir un alto grado de versatilidad para alcanzar estos objetivos y ha permitido crear estructuras poliméricas con un control preciso sobre el tamaño y la funcionalidad, dando origen a las llamadas “superficies blandas inteligentes” también conocidas en algunos casos como “responsivas”. Estos materiales están constituidos por bloques de construcción sumamente versátiles capaces de modificar sus características fisicoquímicas en respuesta a cambios en el entorno macromolecular (pH, temperatura, solvente, etc.). Consecuentemente, en los últimos años las “macromoléculas inteligentes” se han convertido en uno de los materiales con mayor relevancia en el diseño de interfaces funcionales.

En nuestro laboratorio utilizamos la combinación de ensamblado molecular con técnicas de polimerización iniciadas desde la superficie (ver figura) para generar “polymer brushes” y diseñar
superficies multifuncionales con propiedades químicas y físicas “hechas a medida”. Nuestro interés científico en esta línea de investigación se extiende desde aspectos fundamentales hasta aplicaciones tecnológicas específicas.